domingo, 24 de octubre de 2021

La reforma constitucional, entre el deseo y el capricho

 

l Maestro Bosch, sentencia en su texto sobre el “Estado” esta teoría constitucional de organización y anti caos de la sociedad.

Toda reforma hecha con propósitos loables y por una mejor nación, tiene sus límites y sus alcances.

En el pensamiento constitucional boschista los límites y los alcances están configurados por un mapa del Estado, expresado, según Bosch, en su constitución; sin lugar a equívoco, Don Juan ve la constitución como el mapa constitutivo de la organización política de la sociedad (Estado). El Maestro Bosch, sentencia en su texto sobre el “Estado” esta teoría constitucional de organización y anti caos de la sociedad.

Luego de los resultados electorales de los comicios del 20 de diciembre de 1962 en los que resultó electo Juan Bosch; el honesto presidente se ve atrapado en una encrucijada de más de un precipicio   político: primero, encontrar buenos y honestos hombres para administrar el gobierno ; segundo,   lidiar con la presión mediática que buscaba en sus declaraciones públicas  una confesión contradictoria pro o anticomunista  que le hiciera entrar en desgracia con Estados Unidos de América o con la incomprensión de la izquierda latinoamericana y la iglesia dominicana, todo esto   en medio de una guerra fría brutal; y tercero,  dotar el Estado y la sociedad dominicana de una nueva constitución liberal y revolucionaria que hiciera nacer un nuevo estado de derecho y justicia social.

Sobre este particular y el concepto de gobierno constitucional democrático que se desarrolla a partir de la elección de Bosch y su constitución de 1963. Don Juan deja ver claro su pensamiento en el sentido de que “toda revolución democrática debe estar soportada en una Constitución revolucionaria y de forma inherente, en leyes revolucionarias que la hagan realizables (Vega Bernardo 1993, Kennedy y Bosch), lo entre comillas no son citas literales, sino, ideas sueltas que recoge el autor de la columna en el texto antes citado.

Sin leyes de hecho y leyes de razón que hagan posible una constitución en su simplicidad, este propósito, es una mera intención que se queda en el capricho sano de gente bien intencionada.

El contexto pre y post dictadura, como aconteció en 1961 y 63. En la historia de las coyunturas y circunstancias políticas vividas por el pueblo dominicano, no podían ser estas peores que de gobierno alguno anterior al de Bosch y posterior al mismo.

A pesar de estas adversidades en el contexto nacional e internacional, Bosch logra la más avanzada y liberal constitución, cuyos valores han sido perenne y trascendentes por encima de las 39 revisiones y los 14 gobiernos que la han promovido a lo largo la historia republicana. Bosch no revisa, no modifica, no reforma y mucho menos hace traje de sastrería, es decir; Bosch construye las bases del Estado moderno dominicano y una democracia pura con la constitución del 1963, como diría de él en su versainograma a Santo Domingo desde Isla Negra (Chile) en febrero de 1966. Pablo Neruda: “un presidente Puro “.

Presidente Luis Abinader la complejidad de una modificación seria, como creo es su propósito, merecen su atención y la necesaria pregunta ¿Por qué estos 15 puntos? ¿de ellos, hay aspectos y ejes constitucionales que son intocables en cualquier reforma, revisión o modificación, porque atacan el modelo y naturaleza de gobierno?

Tanto John Locke, Jean-Jacques Rousseau e Immanuel Kant: nos dan un legado sobre el gobierno civil y de manera particular Locke, en sus tratados del Gobierno Civil en la cultura política universal. El gobierno civil supone: sin Militares, jerarcas religiosos y comerciantes.

He escuchado del ex magistrado de la Junta Central Electoral, Eddy Olivares, sobre el voto de los militares, ignorando lo que dice nuestra constitución en el TÍTULO I DE LA NACIÓN, DEL ESTADO, DE SU GOBIERNO Y DE SUS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES.

Veamos que dice el texto constitucional de manera específica en su artículo 4. Que cito: Artículo 4.- Gobierno de la Nación y separación de poderes. El gobierno de la Nación es esencialmente civil, republicano, democrático y representativo. Se divide en Poder Legislativo, Poder Ejecutivo y Poder Judicial. Estos tres poderes son independientes en el ejercicio de sus respectivas funciones. Sus encargados son responsables y no pueden delegar sus atribuciones, las cuales son únicamente las determinadas por esta Constitución y las leyes.

Los amigos de siempre, los que no faltan a ningún evento de reforma y modificación y, que siempre plantean la urgencia de cambiar lo que ellos mismo propusieron en la anterior reforma y gobierno; pierden estos señores, de forma extraña,  el sentido de unidad, modificabilidad, universalidad e inmutabilidad de la constitución y sus PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DE LA NACIÓN, DEL ESTADO, DE SU GOBIERNO.

Voy a concluir estas reflexiones con una pregunta y el siguiente artículo de la constitución dominicana vigente: Artículo 268.- Forma de gobierno. Ninguna modificación a la Constitución podrá versar sobre la forma de gobierno que deberá ser siempre civil, republicano, democrático y representativo.

¿La urgencia es de reformas o de leyes que consoliden la actual constitución?

martes, 13 de julio de 2021

18 meses de platano Barahonero en contra Jean Alain Rodríguez e implicados en Operación Medusa

18 meses de prisión contra Jean Alain Rodríguez e implicados en Operación Medusa






Momento en el que el exprocurador Jean Alain Rodríguez, sale cabizbajo y con los ojos llorosos de la sala de audiencia, luego de conocer que irá prisión preventiva por 18 meses a Najayo Hombres en San Cristóbal.

sábado, 29 de mayo de 2021



 El periódico Acento publicó una información que da cuenta que la alegada trama provendría de militares vinculados a la Fuerza Aérea Dominicana contra la que se desempeña como directora general de la Procuraduría Especializada de Persecución Administrativa (Pepca).

La magistrada Berenice lleva actualmente varios casos de corrupción contra funcionarios de la pasada gestión gubernamental. El más reciente es el denominado caso Coral, donde están involucrados altos mandos militares.

De su lado, la periodista Edith Febles dijo que la Armada Dominicana debe garantizar integridad física de las dos personas involucradas en la tentativa contra la procuradora adjunta.

«El jefe de la @ArmadaRepDom y el jefe de la Fuerza Aérea RD deben procurar garantizar la integridad física de las dos personas involucradas en la tentativa contra Yeni Berenice y un oficial. De ellos no se espera menos

viernes, 19 de marzo de 2021

 

 Batalla del 19 de marzo







La batalla del 19 de marzo o batalla de Azua fue la primera gran batalla en defensa de la República Dominicana y se libró el 19 de marzo de 1844. Una fuerza de 2500 soldados dominicanos que fueron reclutados para enfrentarse con el ejército haitiano, una parte del ejército del sur, estaba dirigido por el general Pedro Santana, derrotaron a 10 000 soldados del ejército de Haití encabezados por el General Souffrant.

Luego de declarada la independencia dominicana, el presidente haitiano Charles Hérard organizó su ejército con 30 000 hombres. Dicho ejército fue dividido en tres flancos para entrar en la nación recién proclamada. El primero estaba al mando del general Pierrot con 10 000 hombres, que entrarían por el norte y tomarían Santiago y Puerto Plata. El segundo estaba dirigido por el propio Hérard y pretendía tomar Azua y San Juan de la Maguana, y el tercero, dirigido por Souffrand, debía entrar por Neiba. En la que atacaran el 19 de marzo.

El 19 de marzo de 1844 se produjo en Azua el enfrentamiento de las tropas dominicanas lideradas por el general Pedro Santana y las tropas haitianas encabezadas por el presidente haitiano, Charles Hérard Ainé. Esta justa implicó el inicio del afianzamiento de las ideas de independencia que se pusieron de manifiesto en el trabucazo del 27 de febrero de 1844. Con la división del ejército haitiano, Hérard pretendía unir la columna del sur con la del norte para atacar a Azua, pero las tropas dominicanas, dirigidas por Fernando Taveras, Vicente Noble, Dionisio Reyes, y Pedro Santana las fuerzas del General Broum que estaban posicionadas en las Marías, desarrollándose el primer combate en la fuente de Rodeo.

Por otro lado, las tropas del general Souffrand avanzaron hacia Azua, enfrentándose en el Paso de la Hicotea con los dominicanos comandados por Manuel Mora. Las tropas de Hérard pasaron por los Jovillos persiguiendo a Luis Álvarez, pero las tropas dominicanas del General Lucas Díaz, apostadas en el Paso del Jura, atacaron al ejército haitiano.

Al entrar las tropas haitianas a San Juan fueron enfrentadas por José del Carmen García, Francisco Soñé, Lucas Díaz y Jean E. Ceara y desalojándolas del río Jura. El mismo día 19 las fuerzas del jefe haitiano Tomás Héctor entraron en Azua y la encontraron desierta, pero el ataque fue rechazado por los dominicanos. Los haitianos atacaron por el camino de Los Conucos. Allí fueron enfrentados por Matías de Vargas, José Leger y Feliciano Martínez.

En la comunidad El Barro, el ejército haitiano combatió contra las tropas de Duvergé, y luego fueron enfrentados por Nicolás Mañón en el Cerro de Resolí. El ataque provocó la huida de los invasores de nuevo hacia el río Jura. El día 19 los dominicanos se retiraron a Sabana Buey.

Los soldados de Souffrand fueron detenidos en La Hicotea; reiniciaron su marcha el día 20 para unirse a las tropas de Hérard. Esta batalla se inició a las 7 y media de la mañana.

El 19 de marzo las tropas dominicanas estaban posicionadas en puntos estratégicos en la ciudad de Azua. Estaban conformadas por 2500 soldados, entre los que había hateros y monteros, que formaban el ejército de Pedro Santana. Entre estos soldados se hallaban jóvenes azuanos que habían sido entrenados por Antonio Duvergé y Francisco Soñé.

Las tropas criollas estaban repartidas entre El Camino del Barro, donde se encontraba la fusilería azuana comandada por el capitán Vicente Noble; en La Loma de Resolí, 200 hombres al mando de Nicolás Mañón; en el centro de la villa había dos cañones, uno manejado por Francisco Soñé y otro por José del Carmen García. Camino a Los Conucos y Las Clavelinas se encontraba una fuerza de artillería comandada por Matías de Vargas, José Leger y Federico Martíne

martes, 9 de marzo de 2021

 

            Francisco del Rosario Sánchez

(Santo Domingo, 1817 - San Juan de la Maguana, 1861) Político y líder independista dominicano, considerado uno de los Padres de la Patria. Miembro de «La Trinitaria», sociedad secreta separatista, en 1844 lideró un alzamiento contra Haití y el 27 de febrero de ese año proclamó la independencia de la República Dominicana. Al igual que otros trinitarios, Francisco del Rosario Sánchez fue apartado del poder y desterrado una vez alcanzada la independencia. Con la amnistía de 1848 pudo regresar al país, y a lo largo de la siguiente década desempeñó diversos cargos públicos. En 1861 entregó su vida en la lucha para evitar la anexión de la República a España.


Francisco del Rosario Sánchez

Biografía

Hijo de Narciso Sánchez y Olaya del Rosario, recibió de su madre la enseñanza elemental y aprendió el oficio de "peinetero". Luego estudió latín y filosofía con don Nicolás Lugo, estudios que continuaría con el padre Gaspar Hernández, sacerdote peruano emigrado a Santo Domingo y reconocido antihaitiano. En este período conoció a Juan Pablo Duarte, quien, junto a otros jóvenes, asistía a las clases del sacerdote. En 1838 se integró en La Trinitaria y pronto empezó a distinguirse por su laboriosidad y decisión.

Diversos antecedentes históricos hicieron de la independencia de la República Dominicana un proceso sumamente complejo. La isla de Santo Domingo (llamada antiguamente la Española) estuvo bajo dominio español desde los tiempos del descubrimiento de América; el mismo Cristóbal Colón desembarcó en ella en su primer viaje. A finales del siglo XVII, sin embargo, la corona española cedió a Francia la mitad occidental de la isla, es decir, el actual Haití. Dos siglos después, en virtud del Tratado de Basilea (1795), toda la isla pasó a manos de los franceses, aunque por poco tiempo. A principios del siglo XIX, dos décadas de luchas y convulsiones conducirían a la consolidación de la independencia y a la unificación de la isla: desde 1822, el presidente Jean-Pierre Boyer gobernaba toda la isla de Santo Domingo, que pasó a llamarse Haití.

El objetivo de la sociedad secreta La Trinitaria, fundada en 1838, era la independencia de la antigua parte española; a diferencia, pues, de otras colonias, no había que enfrentarse a una metrópoli europea para conseguirla, sino a la dominación de una ex colonia que había alcanzado su independencia: Haití. Bajo la inspiración de su líder intelectual, Juan Pablo Duarte, los miembros de La Trinitaria difundieron sus ideas, que calaron lentamente en la sociedad dominicana.

Entretanto, los elevados impuestos dictados por el gobierno habían mermado drásticamente la popularidad del presidente Boyer, que fue derrocado en 1843 por Charles Rivière-Hérard. Los trinitarios vieron en esa transición una oportunidad, pero sus tentativas fueron de inmediato reprimidas por Hérard. El celo y determinación que Francisco del Rosario Sánchez había mostrado en sus labores en La Trinitaria le permitieron dirigir el movimiento cuando Duarte hubo de exiliarse debido a las persecuciones desatadas contra él por los haitianos.


Reunión de La Trinitaria

Las razones principales por las que se reconoce a Francisco del Rosario Sánchez como Padre de la Patria radican, principalmente, en sus méritos como trinitario y en haber leído la proclama que declaraba el nacimiento de la República Dominicana. El 27 de febrero de 1844, Sánchez fue el encargado de leer la declaración en el baluarte de San Genaro (hoy puerta del Conde). Presidió luego el gobierno provisional (la Junta Central Gubernativa), hasta ser desplazado por Tomás Bobadilla.

Con la llegada a la presidencia de la flamante República del terrateniente conservador Pedro Santana (1844-1848), cuyas tropas habían logrado en marzo rechazar un ataque haitiano, los trinitarios quedaron apartados del poder, y Francisco del Rosario Sánchez, al igual que Juan Pablo Duarte y Ramón Matías Mella, hubo de partir al exilio. Con todo, la independencia quedó consolidada, y bajo la presidencia de Manuel Jimenes (1848-1849) se decretó una amplia amnistía que permitió a Sánchez regresar al país y desempeñar importantes cargos públicos.

La anexión a España

Durante la corta vida de esta Primera República Dominicana (1844-1861), Pedro Santana accedería a la presidencia en otras dos ocasiones. Al final de su último mandato (1858-1861), Santana resolvió anexionar la República a España. Era un modo de detener la permanente amenaza de Haití, que había intentado repetidamente invadir el país, pero también de mantenerse en el poder, pues aceptó a cambio el cargo de gobernador de la Provincia española de Santo Domingo. Esta decisión desataría la Guerra de Restauración (1863-1865), que enfrentó a los defensores de la anexión con los independentistas o restauradores (pues su objetivo era restaurar la Primera República).

Además de Padre de la Patria por su papel en la proclamación de la independencia en 1844, Francisco del Rosario Sánchez fue un precursor del movimiento restaurador. En 1859, sus divergencias con Santana le habían costado la prisión y un nuevo exilio, desde el que Sánchez comenzó a preparar la lucha contra la más que previsible anexión a España, que fue solemnemente proclamada en la capital dominicana el 18 de marzo de 1861. Con las manifestaciones de apoyo impulsadas por el gobierno de Santana se intentó ocultar un descontento que se hizo visible poco después, cuando, el 2 de mayo, estalló en Moca un levantamiento en armas encabezado por José Contreras.

Firmemente determinado a restaurar la República, el 1 de junio de 1861, tres meses y medio después de consumada la anexión a España, Francisco del Rosario Sánchez entró a territorio dominicano en compañía de José María Cabral y otros. Su intentona duró poco más de un mes: víctima de una traición, fue capturado en una emboscada y fusilado en San Juan de la Maguana el 4 de julio siguiente, junto a una veintena de compañeros de armas.

Fallecía así a manos de sus conciudadanos un luchador insobornable, cuyos elevados ideales patrióticos perduran en su producción escrita. El 20 de enero de 1861, cuando era evidente que Pedro Santana y los suyos entregarían la soberanía del país, Sánchez lanzó una proclama en la que afirmaba: "Pero si la maledicencia buscare pretextos para mancillar mi conducta, responderéis a cualquier cargo diciendo en alta voz, aunque sin jactancia, que yo soy la bandera dominicana". Antes, el 16 del mismo mes, había justificado lapidariamente su lucha en una carta a Damián Báez: "Mi patria está vendida. Esto basta".

jueves, 25 de febrero de 2021

 

Ramón Matías Mella

 

(Ramón Matías o Matías Ramón Mella; Santo Domingo, 1816 - 1864) Líder de la independencia dominicana. En 1838, dieciséis años después de que toda la isla de La Española fuera unificada bajo el dominio de Haití, Mella participó junto con otros patriotas dominicanos (entre los que cabe destacar a Juan Pablo Duarte y a Francisco del Rosario Sánchez) en la fundación de La Trinitaria, sociedad secreta de ideario liberal y separatista cuyo objetivo era la independencia de la mitad oriental de la isla (la actual República Dominicana).


Ramón Matías Mella

Junto con Francisco del Rosario Sánchez, Mella lideró en 1844 la proclamación de la independencia y formó parte del gobierno provisional, pero, tras la victoria en Azua, el conservador Pedro Santana se hizo con la presidencia y decretó el exilio de los trinitarios. Con la amnistía de 1848 regresó al país y desempeñó importantes cargos militares y civiles en la nueva República. Totalmente contrario a la anexión a España, consumada en 1861 por iniciativa del presidente Santana, llegó a participar en la Guerra de Restauración (1863-1865), pero falleció antes de ver restaurada la República.

Biografía

La antigua isla de La Española (actualmente isla de Santo Domingo) había quedado sometida al dominio español desde los tiempos del descubrimiento de América: el mismo Cristóbal Colón arribó a la isla en su primer viaje. En 1697, con la firma de la Paz de Ryswick, la mitad occidental de la isla (el actual Haití) pasó a la corona francesa. Cuando, a principios del siglo XIX, se inició el proceso que conduciría a la emancipación de la América hispana, los más de doscientos años de colonialismo español y francés (y otras circunstancias históricas) habían imprimido una personalidad diferenciada a las dos partes de la isla.

La independencia de La Española fue un proceso largo y convulso, con avances y retrocesos; se sucedieron las revueltas populares, los levantamientos armados y las intervenciones de las antiguas metrópolis y de las potencias enemigas de las primeras. En 1822 la situación parecía estabilizada: la independencia se había consolidado y la totalidad de la isla era gobernada con mano dura por el dictador haitiano Jean-Pierre Boyer, para quien el país era uno e indivisible.

Para Juan Pablo Duarte y los demás miembros de La Trinitaria, imbuidos del ideario nacionalista y liberal que se había extendido por Europa desde la revolución francesa, la antigua parte española de la isla poseía una identidad propia y debía convertirse en un estado independiente. Desde 1838 se dedicaron a la difusión de estas ideas, que hallaron más eco entre la población que entre las élites. Dentro de La Trinitaria, el joven Ramón Mella, que contaba entonces 22 años y regentaba un negocio maderero, se ganó pronto el aprecio de Duarte, que lo consideraba uno de sus hombres más capaces.


Reunión de La Trinitaria

Entretanto, la aceptación de Boyer había empezado a menguar a causa de la desmesurada elevación de los impuestos, cuyos beneficios no revertían en la población sino en Francia, a la que Boyer había prometido una compensación a cambio de reconocer la independencia. De este modo surgieron, en el mismo Haití, grupos de oposición al régimen de Boyer.

 

La independencia

 

En enero de 1843, Juan Pablo Duarte encargó a Ramón Mella la misión de trasladarse a Los Cayos (Haití) para pactar con los opositores haitianos el apoyo de los patriotas dominicanos al movimiento de La Reforma, que encabezaba el líder opositor haitiano Charles Rivière-Hérard. En marzo del mismo año, Mella participó en una reunión en Santo Domingo que culminó con la proclamación del apoyo a dicho movimiento; juntos consiguieron derrocar a Boyer ese mismo mes. Aunque Hérard se había valido de la ayuda de los independentistas dominicanos, nunca compartió sus ideas, e inmediatamente mandó encarcelar a Mella en Puerto Príncipe (Haití).

Sin embargo, en esta misma ciudad estalló una rebelión contra Hérard, que pudo dominar la sublevación con la ayuda de Mella y sus veteranos encarcelados, por lo que en agradecimiento los liberó. Mella y sus seguidores marcharon hasta Santo Domingo y se hicieron con la parte oriental de la isla, de cultura y lengua española; y, en febrero de 1844, declararon formalmente la independencia respecto a Haití y proclamaron la República Dominicana.



Ramón Matías Mella

Se cuenta que aquella noche del 27 de febrero de 1844, cuando se encontraba reunido con otros conjurados en la puerta de La Misericordia, Matías Ramón Mella atinó a disparar un trabucazo ante la vacilación que amenazaba dar al traste con los propósitos independentistas. «No hay tiempo de retroceder -parece ser que dijo-. Habremos de ser libres o morir, es la consigna. ¡Viva la República Dominicana!» Y enseguida disparó su trabuco. Posteriormente, los patriotas marcharon hacia el baluarte de San Genaro (hoy puerta del Conde), en donde otro patricio, Francisco del Rosario Sánchez, proclamó el nacimiento de la República Dominicana.

Ramón Mella formó parte de la Junta Central Gubernativa, gobierno provisional presidido por Francisco del Rosario Sánchez. Nombrado coronel del nuevo ejército nacional, su principal labor fue el reclutamiento de hombres y la organización y distribución de los efectivos disponibles para repeler la inminente invasión haitiana. Pero no fue Mella quien libró la batalla decisiva: el 19 de marzo Pedro Santana, un terrateniente conservador unido a la causa independentista, derrotó a los haitianos en Azua. El prestigio obtenido con esta victoria le permitió, con el apoyo del sector conservador de la Junta, asumir la presidencia de la República (1844-1848) y apartar a los liberales: declaró traidores a Mella, Duarte y Sánchez y los condenó al exilio.

La Primera República

La amnistía decretada en 1848 por el presidente Manuel Jimenes (1848-1849) le permitió regresar al país. A lo largo de la Primera República Dominicana (1844-1861), Matías Ramón Mella sirvió en el ejército y a los presidentes que se alternaron en el poder durante esos años: Buenaventura Báez y especialmente Pedro Santana, con quien se había reconciliado. Le fue confiada la secretaría de Hacienda y Comercio y el ministerio de Guerra, y ejerció como gobernador y embajador.